Una vez más, Boca semifinalista de la Libertadores de América. Una vez más que logra su clasificación jugando de visitante, en una parada complicada (ya es conocido que los mexicanos muerden en toda la cancha, llenan su estadio, meten con todo bombardeandote por arriba y por abajo) pero... Boca es Boca.
No debe haber otro equipo en América que ponga lo que hay que poner en instancias decisivas como el equipo que dirige Carlos Ischia. Porque Boca es un relojito cuando juega afuera, no solamente esta vez en Guadalajara, sino tambien en paradas jodidas en años anteriores como el Parque Palestra, El Morumbi,El Azteca o el Campin en años previos. (Boca ha pasado las semis en 6 de sus últimas 8 presentaciones coperas)
Guadalajara era duro, el Atlas es un equipo muy complicado y la altura hacía la tarea aún más dificil pero tal como decian los hinchas bosteros en esta llave a los mexicanos "no los salvaba ni el Chapulin". Y así fue. Boca dio otra lección futbolística y pasó.Un ejemplo único de cómo jugar de visita, en tiempos donde rige esa absurda regla del gol de visita vale doble.
Un equipo que se quita la presión y no interesa donde esté jugando, un equipo donde las figuras que tienen que aparecer...aparecen siempre. Un equipo cuyo rendimiento no depende ni del escenario donde jueguen, ni del rival, ni del resultado. Con chicos que juegan como grandes con una tranquilidad envidiable y con un equilibrio digno de admirar en todas sus líneas. La solidez defensiva esencial para jugar fuera (Migliore tapo luego de tiempo), un Battaglia que fue el equilibrio en el medio, un Román que juega y hace jugar al ritmo de su pisada con ese ritmo cansino que muchos odian otros adoran pero pocos pueden hacer, un Palacio desequilibrante, peleador e imprevisible (todo el que ha jugado de defensa alguna vez sabe que complicado es cuando no sabes si el delantero va a salir por derecha o por izquierda!) un manejo de los dos perfiles impresionante, y finalmente un Palermo inmenso, oportunista, contundente, un goleador nato, el Loco siempre está.
En esta Copa
ya no están algunos equipos grandes y muchos equipos chicos; estrellas, estrellas fugaces y estrellas que ya no brillan de Europa. Ya no están varios. Ya no están los que algún día fueron pero ya no son. Pero Boca...Boca siempre está.